28-4-2017
La sangre de las tribus (La cripta) por Taraak
En la anterior partida los jugadores consiguieron escapar por los pelos de un montón de furias hechas una furia, consiguiendo llegar por los pelos al paso montañoso en el que consiguieron esconderse...
Entre los angostos cañones de la montaña Safra guió ágilmente su caballo sosteniendo al joven Dasan casi muerto de puro agotamiento, a su lado el viejo Maruk buscaba un lugar donde pudieran esconderse.
-D- Gra... cias...
-S- De nada... esa ha sido una buena carrera y...
-M- Puede que no encontremos un sitio donde guardar al caballo, puede que tengas que soltarlo...
-S- ¡Y una mierda! ¡eso no esta en discusión!
-M- Nadruneb cuidara bien de tu caballo...
-S- ¡¡¡NO!!!
-D- Baja... el... tono... o nos encon... encontraran.
-M- Esperad los dos aquí, buscare algún sitio donde meternos.
Maruk siguió buscando por los cañones un lugar donde poder esconderse hasta que al final encontró una pequeña grieta, justo lo suficientemente grande para que el caballo pudiese entrar y lo suficientemente pequeña para que no pudiesen encontrarla fácilmente a ello ayudó mucho unos árboles que parecían milagrosamente dispuestos para cubrir la entrada.
Se dispuso a regresar junto a sus compañeros, allí encontró a Safra y Dasan enfrentándose a dos furias y una tercera que yacía a los pies de Safra, vio con angustia como Dasan herraba el golpe de su hacha y como la furia se le abalanzaba encima con su espada, no dudo se arrojo hacia la furia y la atravesó con su lanza, Dasan vio la lanza de su maestro a travesar el cuello de la furia y vio la cara de alivio del viejo Maruk, Safra vio a la furia que la tenia acorralada gritar de rabia y atacar al anciano atravesandolo por la espalda, vio al desesperado Dasan gritar de rabia y partir a la furia en dos con su hacha y lo vio llorar de desesperación mientras intentaba salvar la vida de su maestro, escucho al viejo decirles con su ultimo aliento el lugar donde se encontraba la cueva, ahogó los gritos del muchacho y lo abrazo hasta que sintió que sus músculos se relajaban y la rabia daba paso a la pena, luego se escondieron en la gruta y durante una noche y un día apenas dijeron palabra, al final se adentraron en la gruta, los Najshet tenían que atar los cabos sueltos y tarde o temprano alguien encontraría la caravana masacrada. Al adentrarse en la gruta encontraron unos murales que Safra se dedico a descifrar, mientras Dasan encontraba una gruta acondicionada como barracón donde múltiples esqueletos con grilletes yacían junto a algunas herramientas casi deshechas por el tiempo, también una puerta tapiada que consiguieron echar abajo, lamentando enormemente el estruendo que armo la puerta al desplomarse, para encontrarse únicamente con una sala con un pozo y un cofre que al reventar solo encontraron una daga que parecía hecha de piedra y sin filo alguno pero que al agarrarla causo un profundo corte en la mano de Dasan.
Sin salida y sin botín, la cosa empeoro cuando entraron tres docenas de furias y un guardia en la sala, no pareció mejorar con la herida de Dasan sangrando profusamente y decididamente se puso mucho peor cuando la sangre de Dasan llegó al pozo y un estruendo sacudió la cripta y una silueta que parecía hecha de oscuridad solida salio del pozo, en medio de su cabeza flotaba lo que parecía una gema hecha de sangre pura del tamaño de un puño, lo siguiente fue muy confuso tanto para Dasan como para Safra, solo un revuelo de espadas y lanzas, una sombra incorpórea a la que no le afectaban espadas ni lanzas y unas garras oscuras que hacían pedazos a las furias y casi arrancan la cabeza de Safra, entre ese mar de muerte Dasan reunió sus últimas fuerzas y se abalanzó contra la sombra atravesando la gema como si fuese algo de otra realidad, la criatura grito en las mentes de todos y pareció replegarse dentro de la gema como un caracol se esconde en su concha.
Una docena de furias yacía en el suelo unas seis estaban heridas en brazos de las supervivientes que estaban demasiado asustadas como para sostener un arma, el guardia najshet era el único que parecía mantener la compostura a pesar de estar herido se puso en medio de la puerta de salida y grito: ¡Entregadme la daga y la gema!
Entre los angostos cañones de la montaña Safra guió ágilmente su caballo sosteniendo al joven Dasan casi muerto de puro agotamiento, a su lado el viejo Maruk buscaba un lugar donde pudieran esconderse.
-D- Gra... cias...
-S- De nada... esa ha sido una buena carrera y...
-M- Puede que no encontremos un sitio donde guardar al caballo, puede que tengas que soltarlo...
-S- ¡Y una mierda! ¡eso no esta en discusión!
-M- Nadruneb cuidara bien de tu caballo...
-S- ¡¡¡NO!!!
-D- Baja... el... tono... o nos encon... encontraran.
-M- Esperad los dos aquí, buscare algún sitio donde meternos.
Maruk siguió buscando por los cañones un lugar donde poder esconderse hasta que al final encontró una pequeña grieta, justo lo suficientemente grande para que el caballo pudiese entrar y lo suficientemente pequeña para que no pudiesen encontrarla fácilmente a ello ayudó mucho unos árboles que parecían milagrosamente dispuestos para cubrir la entrada.
Se dispuso a regresar junto a sus compañeros, allí encontró a Safra y Dasan enfrentándose a dos furias y una tercera que yacía a los pies de Safra, vio con angustia como Dasan herraba el golpe de su hacha y como la furia se le abalanzaba encima con su espada, no dudo se arrojo hacia la furia y la atravesó con su lanza, Dasan vio la lanza de su maestro a travesar el cuello de la furia y vio la cara de alivio del viejo Maruk, Safra vio a la furia que la tenia acorralada gritar de rabia y atacar al anciano atravesandolo por la espalda, vio al desesperado Dasan gritar de rabia y partir a la furia en dos con su hacha y lo vio llorar de desesperación mientras intentaba salvar la vida de su maestro, escucho al viejo decirles con su ultimo aliento el lugar donde se encontraba la cueva, ahogó los gritos del muchacho y lo abrazo hasta que sintió que sus músculos se relajaban y la rabia daba paso a la pena, luego se escondieron en la gruta y durante una noche y un día apenas dijeron palabra, al final se adentraron en la gruta, los Najshet tenían que atar los cabos sueltos y tarde o temprano alguien encontraría la caravana masacrada. Al adentrarse en la gruta encontraron unos murales que Safra se dedico a descifrar, mientras Dasan encontraba una gruta acondicionada como barracón donde múltiples esqueletos con grilletes yacían junto a algunas herramientas casi deshechas por el tiempo, también una puerta tapiada que consiguieron echar abajo, lamentando enormemente el estruendo que armo la puerta al desplomarse, para encontrarse únicamente con una sala con un pozo y un cofre que al reventar solo encontraron una daga que parecía hecha de piedra y sin filo alguno pero que al agarrarla causo un profundo corte en la mano de Dasan.
Sin salida y sin botín, la cosa empeoro cuando entraron tres docenas de furias y un guardia en la sala, no pareció mejorar con la herida de Dasan sangrando profusamente y decididamente se puso mucho peor cuando la sangre de Dasan llegó al pozo y un estruendo sacudió la cripta y una silueta que parecía hecha de oscuridad solida salio del pozo, en medio de su cabeza flotaba lo que parecía una gema hecha de sangre pura del tamaño de un puño, lo siguiente fue muy confuso tanto para Dasan como para Safra, solo un revuelo de espadas y lanzas, una sombra incorpórea a la que no le afectaban espadas ni lanzas y unas garras oscuras que hacían pedazos a las furias y casi arrancan la cabeza de Safra, entre ese mar de muerte Dasan reunió sus últimas fuerzas y se abalanzó contra la sombra atravesando la gema como si fuese algo de otra realidad, la criatura grito en las mentes de todos y pareció replegarse dentro de la gema como un caracol se esconde en su concha.
Una docena de furias yacía en el suelo unas seis estaban heridas en brazos de las supervivientes que estaban demasiado asustadas como para sostener un arma, el guardia najshet era el único que parecía mantener la compostura a pesar de estar herido se puso en medio de la puerta de salida y grito: ¡Entregadme la daga y la gema!